Nací en Uruguay – Montevideo en 1948. Soy madre de tres hijos y abuela de cuatro nietos. Viví, estudié y trabajé en mi país de origen hasta 1972, cuando partí a Chile. Llegué a Suecia como exiliada política luego del golpe militar en Chile y viví en Estocolmo hasta diciembre de 1985, fecha en la cual retorné a Uruguay, luego de su apertura democrática. También en Suecia estudié y trabajé durante mis doce años de estadía.
Soy Experta Agraria, Licenciada en Enfermería, Técnica en Reeducación Psicomotriz ®(psicomotricista) y estoy formada en Experiencia Somática, método que se aboca al abordaje de las secuelas que los traumas han dejado en nuestras vidas e influyen en la calidad de ésta en el presente.
Desde mi regreso a Uruguay trabajé en el área de atención a personas con adicción a drogas psicoactivas y como docente en áreas de enfermería en salud mental y psicomotricidad tanto en el sector público como privado.
Comencé a escribir en la infancia, en principio poesía, adentrándome a la prosa en los últimos años. He participado activamente en diversos talleres de escritura y literatura y cuento con múltiples publicaciones en revistas, diarios, tanto de índole profesional como literaria y me fue publicado un libro de poemas Tiempo de monstruos en 1991. Próximamente será publicado mi libro de prosa La silla azul: entre exilios y desexilios.
Actualmente continúo activa (luego de mi jubilación), en el área de la salud mental, en pos de la defensa de los derechos humanos de las personas con sufrimiento psíquico, en Colectivos abocados a esta temática.
Mi escritura ha sido y es un reflejo de mi accionar personal, afectivo, social y político; he buscado y busco no separarme jamás del acontecer diario y cotidiano, de su devenir histórico y de su compromiso con el amor, la justicia, la cultura, la naturaleza y las opciones que se nos brindan, nunca distantes del devenir humano de nuestros pueblos y de nosotros mismos.
El invierno teje desde el frío una cálida entraña cuando el hogar existe y es posible el cobijo de alimentos ropas y paredes Pero el invierno ahí donde la lata y el cartón avanzan y el barro no se seca donde el zapato está roto o no está donde a veces el perro parece ser el único que no está padeciendo y los cuerpos sufrientes se vuelcan a la ira o la tristeza justo ahí el invierno es una helada condena que consume la vida y mata la esperanza
julio 2007
Necesito tu mano recorriendo mi espalda y nuestra carne profunda gozando a través de la piel
Necesito tu boca en el silencio con densidad de arcilla que moldea nuestros gestos al unísono
A veces mis células se rebelan y gimen abandonos añora mi cuerpo ese que era contigo llora sin vergüenza esta ausencia de olores y sabores de sentidos exhaustos por tanta algarabía consentida Es entonces que ellas declaran sin pudor necesitar tu mano recorriendo mi espalda.
Julio 2016
Mi tribu existe circula por mi agenda sonríe desde fotos suena al teléfono escribe en internet comparte mis espacios y mis sueños
se duele en mis dolores se divierte en mi risa No tiene sólo un continente sin embargo aquí y allá ellos están presentes Mi tribu existe algunos ya no viven esta vida de hoy pero forman mi vida de recuerdos hablando en las memorias … y en lo cotidiano hijos amigos compañeros sanadores del cuerpo y del espíritu que integramos el recóndito orgullo de la pertenencia en ese pertenecer de habernos elegido tristes o alegres libres manada de los que nos queremos pese a la adversidad del desapego Mi tribu existe y se declara eterna.
abril 2002
Y en la piedra me vi piedra al fin pequeño trozo de historia y a mí un canto rodado un gran acantilado un cerro una montaña granito cuarzo luz sal de siglos y trozos de galaxias
Y en la piedra me vi vagando por los surcos rumbo de vientos y agua En la mano del hombre muro cárcel cimiento torre casa punta de flecha viva y muerte cierta
Y en la piedra me vi color textura forma pequeño guijarro con historia camino hacia los Andes piedra al fin.
octubre 1999
Navegantes nacimos esos primeros viajes internos y uterinos celebraron la fiesta en aquel barco humano
Aguas y olas que logran conquistarnos guardan con celo la cadencia y el ritmo que mecen la madera y la ennoblecen
Nuestras vidas curvas barcazas barcarolas botes de humildes pescadores soportando inclemencias y sufriendo naufragios en un clamor de velas en un pulsar de remos o esforzados motores enfilando la proa en dichas y desdichas para crear retornos a sus puertos.
2004 (19.1.2005)
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